IJAN International Jewish Anti-Zionist Network (Red Judía Antisionista Internacional)

domingo, 6 de febrero de 2011

Ilán Pappé: La "Declaración de Stuttgart" representa un cambio de paradigma

La "Declaración de Stuttgart" representa un cambio de paradigma
de Ilan Pappé
17 de enero 2011
Silviacattori.net
Traducción: David Comedi

A raíz de la controversia (*) causada por la Declaración Final de la Conferencia de Solidaridad con Palestina, celebrada en noviembre de 2010 en Stuttgart bajo el título "Un Estado Democrático en Palestina con igualdad de derechos para todos sus ciudadanos”, Ilan Pappe subraya aquí la importancia y la relevancia de esta declaración que representa un cambio de paradigma.

Ilan Pappé en la Conferencia de Stuttgart, en noviembre de 2010


Recientemente, los organizadores de la conferencia de Stuttgart y en especial los que firmaron la "declaración de Stuttgart" fueron objeto de severas críticas por parte de varios escritores y políticos en Alemania, habiendo sido expuestos incluso al lenguaje típicamente abrasivo de la centro-izquierda alemana.


Dejando de lado los aspectos insignificantes del diálogo - el estilo y el extraño enfoque en particular en una de las personas que firmaron la declaración - es importante destacar las principales cuestiones y puntos que hicieron de esta conferencia una contribución significativa a la lucha por Palestina.


En el escenario del activismo en la lucha de Palestina existe, por un lado, una ortodoxia y, por el otro, un nuevo movimiento que representa un reto. La ortodoxia ha basado su visión de paz en una solución de dos Estados y en una profunda convicción de que un cambio de la sociedad israelí, a través del "campo de paz" local, conducirá a una solución equitativa. De acuerdo a este punto de vista, dos Estados plenamente soberanos vivirían uno junto al otro y estarían de acuerdo en cómo resolver el problema de los refugiados de Palestina y también decidir conjuntamente qué tipo de Jerusalén habría. También incluye el deseo de ver en Israel un Estado más de todos sus ciudadanos y menos como un estado judío - pero sin embargo conservando su carácter judío.


Esta visión claramente se ha basado en el deseo de ayudar a los palestinos por una parte y en la realpolitik por la otra. Fue y es impulsada por una hipersensibilidad hacia los deseos y las ambiciones de la poderosa parte israelí y por consideraciones exageradas del balance de fuerzas internacional, en particular buscando ajustarse a la posición básica de EEUU y sus diversas posturas sobre el tema. Es, sin embargo, una posición sincera y en este sentido se diferencia de aquella de las élites políticas de Occidente, las cuales han sido mucho más cínicas al haber impulsado una versión más suave de este punto de vista ortodoxo. Estos políticos sabían y saben que este discurso y plan permite a Israel continuar sin interrupciones la desposesión de Palestina y los palestinos y no es de ninguna manera una fórmula creíble para poner fin a la colonización de Palestina.


Este punto de vista ortodoxo poco a poco ha desaparecido de la escena del activismo. El campo de la paz oficial en Israel, y las organizaciones sionistas liberales de todo el mundo todavía adhieren a él - al igual que los políticos más de izquierda en Alemania y Europa. En cierto modo, queridos amigos como Norman Finkelstein y Noam Chomsky todavía lo aprueban en nombre de la realpolitik y la eficiencia.


Sin embargo, la gran mayoría de los activistas ya han tenido suficiente. El surgimiento del movimiento BDS, a través de la convocatoria de la intervención de la sociedad civil palestina dentro y fuera de Palestina, el creciente interés y apoyo a la solución de un único Estado y el surgimiento de un más claro aunque pequeño campo de paz antisionista en Israel han proporcionado un pensamiento alternativo.


El nuevo movimiento, que es apoyado por activistas de todo el mundo, dentro de Israel y de Palestina, se inspira en el movimiento de solidaridad contra el Apartheid. El conjunto de Palestina es un área que ha sido y es colonizada, ocupada y de una manera o de otra en ella los palestinos están sujetos a diversos regímenes jurídicos y opresivos por parte de Israel, por lo que es necesario cambiar radicalmente la realidad sobre el terreno antes de que se sea demasiado tarde.


En otras palabras, hemos sido testigos de un cambio de paradigma en este nuevo activismo (que por supuesto tiene muchos elementos de las viejas ideas extraídas de las bases de la OLP de 1968 y grupos de activistas como Abna al-Balad, Matzpen, el FPLP y FDPLP que se actualizan a la realidad de nuestros días y que habían sido abandonados en 1993 en nombre de la realpolitik). El nuevo paradigma insiste en el análisis de Israel como un Estado colonialista del siglo XXI cuya ideología es el principal obstáculo para la paz y busca los medios pacíficos para cambiar este régimen por el bien de todos los que viven allí y los que de allí fueron expulsados.


Activismo por el bien del activismo no sirve para nada. Tiene que basarse en un análisis claro y proponer un pronóstico. El sionismo fue y es un movimiento colonialista e Israel es un Estado colonialista y, mientras se mantenga así, incluso una retirada de parte de Cisjordania y la Franja de Gaza, seguida por la creación de un bantustán allí, no pondría fin a la expropiación y la limpieza étnica que se inició en 1948. Los bantustanes no fueron capaces de poner fin al apartheid en Sudáfrica.


El nuevo movimiento, en el que la reunión de Stuttgart ha sido un hito importante, se propone galvanizar un apoyo DESDE EL EXTERIOR para Palestina y los palestinos. No se trata y no puede tratarse de la cuestión de la representación palestina - ésto sólo puede ser resuelto por los mismos palestinos, o de cómo mejor sería para los judios israelíes reconocer su responsabilidad por la limpieza étnica de Palestina y de cómo promover un futuro diferente, donde tanto árabes y judios puedan vivir juntos. Sin embargo, en Stuttgart, sobre todo en el podio, había representaciones considerables tanto de palestinos como de israelíes y por lo tanto la declaración sabiamente describe no sólo sus aspiraciones (con el apoyo moral de otros), sino que presenta un esquema de actuación en Europa para poner fin a la desposesión de Palestina - no tan sólo de pequeñas partes de él.


No es ridículo aspirar a un cambio de régimen en Israel, no es ingenuo imaginar un estado donde todos sean iguales y no es poco realista trabajar por el retorno incondicional de los refugiados palestinos a sus hogares. Por otra parte, tales deseos no obstaculizan la lucha contra los abusos cotidianos israelíes en la tierra de Palestina, por el contrario, dan la única explicación racional posible de por qué debemos oponernos con el mismo compromiso y fuerza moral a la demolición de casas en Jerusalén, en el Negev y en la Franja de Gaza.


Stuttgart fue una estación, y el tren continúa ahora hacia otros lugares en universidades de Estados Unidos, iglesias en Inglaterra y foros de sindicatos en Europa. Es de esperar que llegue también a las sinagogas, así que no hay necesidad de confundir a la lucha contra el sionismo con cualquier otra cosa. Hablamos de una ideología poderosa, con un Estado y un ejército que han perjudicado no sólo a los palestinos, sino también a judios de todo el mundo, incluso en Israel.


Debemos agradecer a los organizadores, firmar la declaración, y seguir adelante. Palestina no puede esperar a las dudas internas e inhibiciones alemanas. Debemos boicotear, desinvertir y sancionar ya que para nosotros es la única manera de avanzar desde el exterior, para que ambos pueblos en el interior tengan mayor posibilidad de construir un futuro mejor.


Ilan Pappé

12 de enero 2011.

Ilan Pappé, historiador israelí, profesor de Historia en la Universidad de Exeter (Reino Unido), ha escrito numerosos libros y colabora con revistas locales e internacionales. Es autor de: "Cómo se hizo el conflicto árabe-israelí" (Londres y Nueva York, 1992), "La Cuestión Israel / Palestina" (Londres y Nueva York, 1999), "La storia della Palestina moderna" (Einaudi, 2004) , "El Medio Oriente Moderno" (Londres y Nueva York 2005) y "La limpieza étnica de Palestina" (2006).

(*) La Declaración Final de la Conferencia fue muy criticada("Agregar"Visión "einer Einstaatenlösung im Osten Nahen") por el Dr. Ludwig Watzal, quien no había participado en la misma. El Comité Palestino de Stuttgart ha respondido a estas críticas en una carta titulada: "Wer sich verschanzt eigentlich Hinter dogmatischen Barrieren?" ("¿Quién en realidad se esconde detrás de barreras dogmáticas ?").)








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